El término anestesia proviene del griego anaesthesia, palabra compuesta por el prefijo an (sin) y
aesthesis (sensación); se utiliza para definir la capacidad de privar total o parcialmente a un
individuo de la sensibilidad, entre ella, el dolor.
Período preanestésico:
Medicina China:
Ya en la época de la medicina China existían textos clásicos que estaban dirigidos al tratamiento
de heridas que anestesiaban con vino, beleño y quizá, con opio y cáñamo de la India.
Medicina India:
Los médicos hindúes suturaron tejidos intestinales con cabezas de hormigas y anestesiaban
utilizando vino o marihuana.
Medicina en la antigua Grecia:
Platón (428 – 347 a.C) fue el creador del término “anestesia”.
Dioscórides (40 – 90 d.C) consideró en su obra Herbario, preparados anestésicos y somníferos;
mencionaba además las formas generales, locales y rectales para la administración de anestesia y
sugirió que la lechuga (Lactuca sativa) actuaba como un sedante suave. Es interesante mencionar
que Galeno sostenía haberse curado a sí mismo con Lacutarium (Compuesto presente en Lactuca
sativa) del insomnio que padecía.
Dioscórides también describió la preparación de un extracto de la raíz de mandrágora (Mandragora
officinalis) como anestésico durante la cirugía ocular, y fue el primero en elogiar enfáticamente las
virtudes sedantes del opio. Señaló que este último calma el dolor, produce sueño, alivia la tos
crónica y, en grandes dosis, produce un profundo letargo.
Medicina clínica en la Edad Media:
En esta época de la historia, el método anestésico consistía en aplicar una esponja empapada en
una mezcla de opio, jugo de moras amargas, beleño, euforbio, mandrágora, hiedra y semillas de
lechuga, sobre las fosas nasales del paciente hasta que este se durmiera.
Siglo XIX:
El siglo XIX es llamado el “Siglo del Progreso”, al resolverse uno de los problemas más
tormentosos e importantes de la historia de la humanidad: el tratamiento del dolor quirúrgico,
mediante el empleo formal de la anestesia.
Luego de este gran acontecimiento, los gritos que hasta ese entonces se escuchaban
continuamente en las salas de cirugía cesaron drásticamente, al igual que los suicidios de
pacientes que, horrorizados, se oponían a que los operaran. Ya no fue necesario sujetarlos
violentamente ni amarrarlos a las camillas operatorias.
Estos hechos representaron un cambio trascendental en una época donde primaban las
intervenciones quirúrgicas dolorosas.
La anestesia se comenzó a utilizar como tal en 1842, EE.UU, por Crawford Williamson Long,
médico de campaña que logró extraer sin dolor un pequeño tumor ganglionar del cuello de un
paciente gracias a la inhalación de éter. Este hecho no tuvo mayor impacto ya que Long no publicó
su descubrimiento por considerarlo una cirugía menor. Él esperaba dar a conocer esta práctica con
una cirugía de mayor magnitud. Tiempo después, en 1926, en el mismo país se considera a Long
el inventor de la narcosis.
Siglo XX:
A medida que fue evolucionando el desarrollo de la anestesia se fueron incorporando otros tipos de
anestésicos, que eran administrados por vía aérea o por otras vías como la intravenosa y la
intrarraquídea, a demás de compuestos que actuaban localmente. De igual manera, los métodos e
instrumentos para su administración mejoraron significativamente, permitiendo llevar a cabo
procedimientos antes imposibles de efectuar y, sobre todo, proporcionaron al cirujano un mayor
control sobre 2 factores que no podían ser controlados hasta ese momento: el tiempo y la
relajación muscular.
Dentro de los hitos más destacables en este siglo figuran la introducción de los bloqueos
intradurales, peridurales o epidurales, el aparato de Ombrédanne (aparato inhalador para
administrar éter), anestésicos intravenosos (Pentothal, Somnifene, Eunarcón, Pernoctón, Evipán),
relajantes musculares, la especialización en anestesiología y la anestesia general con Procaína
intravenosa.
Siglo XXI:
Ya a inicios del siglo XXI se han puesto en marcha acciones para aumentar la seguridad del
ejercicio de la anestesia, a través de la regulación por medio de entidades de control como la
Sociedad Americana de Anestesiología (ASA), el mayor regulador mundial de esta especialidad; la
implementación de dispositivos más tecnológicos para un adecuado seguimiento del paciente
durante la cirugía y el empleo de una apropiada anamnesis (previa a la anestesia), donde el
anestesista puede conocer los antecedentes del paciente y así tener un mayor control de las
variables que pudiesen influir en el resultado de la cirugía.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario